DOS ISMOS HAN CHOCADO
No se tienen buenos recuerdos de muchos de los “ismos” que han tenido lugar a lo largo de la historia más próxima. Así ocurre con el fascismo, con el comunismo, con el estalinismo, con el franquismo, con el nacionalismo, con el chavismo, con el populismo, y aun se podría ampliar la lista de los movimientos terminados en “ismos”.
En la actualidad hay dos “ismos” que intentan ofrecer un proceder positivo, y que pretenden, incluso, ser progresistas. Esos “ismos”, sin embargo, tienen a veces en sus promotores, comportamientos sorprendentes y no apuntan hacia nada bueno para la sociedad porque sobreactúan, y los excesos no suelen ser positivos. Dan entonces, una imagen próxima al fanatismo y a la exclusión, lo que puede echar por tierra unas actuaciones que, de estar en la sensatez de la justa medida, podrían situarse en las proximidades del interés general.
Entre estos “ismos” están el animalismo y el feminismo, que han dado base en fechas pasadas, con una actuación concreta claramente insensata en relación a los hombres que piropean, a un enfrentamiento entre ellos y a numerosos comentarios al respecto en los medios de comunicación.
Ambos “ismos” tienen en los últimos tiempos una gran actualidad y han llegado a un punto de sobreactuación tan grande que, antes o después, se volverá en contra de ellos y de sus objetivos.
Para proteger a los animales se ha legislado mucho y se pretende legislar más. Es posible que se llegue al extremo propuesto por una responsable política, de un partido importante de este país que está en expansión, de dar por ley los mismos derechos a los animales que a las personas. En Suiza pretenden que se anestesien a las langostas antes de cocinarlas, si están vivas. Al parecer los miembros de este “ismo” ignoran que la especie humana –animal humano, al fin y al cabo- mató, mata y matará a los animales para comérselos y alimentarse, lo que es consustancial a su naturaleza. Lo hace para sobrevivir.
Desde que se tiene información sobre la vida de la persona humana, el hombre cazaba animales para alimentarse. Por desgracia la especie no la forman espíritus puros, está en la cumbre de la depredación y ahí permanecerá, tal vez, mientras habite en el planeta Tierra.
Ahora bien, mientras se legisla tanto a favor de los animales, los ciento ochenta mil perros que viven en Sevilla, según datos municipales, por ejemplo, llenan de excrementos las aceras de la ciudad y de orines las paredes de los edificios. Es de esperar que los miembros del “ismo” consigan que concedan, por ley, tal derecho a los animales, pues en definitiva, ¿quién es el hombre para poner trabas a la libertad de los canes para que excreten cómo, dónde y cuando quieran?
El choque de este “ismo” con el feminismo ha tenido lugar por una campaña que un organismo de la Administración Autónoma andaluza ha llevado a término bajo el título: “NO SEAS ANIMAL” supuestamente para luchar contra el llamado piropo callejero.
Puede que, arrastrados por el movimiento americano feminista llamado Me Too, los dirigentes del organismo oficial se han lanzado, sin tener en cuenta las declaraciones de algunos intelectuales y artistas franceses, ni tampoco las manifestaciones de las actrices de la misma nacionalidad, Catherine Deneuve y Brigitte Bardot, que durante décadas han representado la esencia de la feminidad en todo el mundo.
En la campaña de referencia se compara a esos hombres, que piropean a las mujeres, con diferentes animales: el pulpo, el buitre, el gallito, el cerdo, el búho, y el gorrión. El otro “ismo” ha salido a los medios considerando intolerable tales comparaciones, pues afectan para mal a la dignidad de los animales.
La situación no merece ningún comentario, sólo decir que, en los excesos y los fanatismos, el número de tontos de alto nivel es incontable y que algunos de ellos ocupan puesto de responsabilidad en nuestra sociedad.
¡ESTAMOS LISTOS!