Algunos miembros de Senatus Trianae lo somos también de Médicos Sin Fronteras (MSF) ya saben, esa Organización de sanitarios altruistas que se van a Haití para ayudar en un terremoto, se desplazan a Siria en plena guerra para montar hospitales de campaña y atender a los millones de refugiados o se establecen en Mali donde la población sufre los ataques de fanáticos islamistas. A veces, sus actividades en estos paises, les cuestan la vida.
Pues bien, en el último informe de MSF se afirma lo siguiente:
«La Covid-19 es una amenaza para la salud global y acabar con ella requiere medidas extraordinarias. Entendemos la importancia de la propiedad intelectual pero para luchar eficazmente contra la pandemia, necesitamos aumentar la producción de vacunas de forma drástica, para lleguen no solo a los paises ricos, sino también el resto de paises del planeta, allí donde vive la mayoría de la población mundial. Las patentes de las empresas farmacéuticas, que protegen sus beneficios económicos, están frenendo la fabricación de vacunas. Pero la lucha contra la Covid-19 no puede ser un negocio»
El texto es esclarecedor y pone el dedo en la llaga; La salud es un derecho inalienable de todas las personas que conforman la humanidad y no puede estar sometida a los vaivenes de la especulación en bolsa y, en definitiva, al negocio.
Por otra parte 100 paises con La India y Sudáfrica a la cabeza han pedido la suspensión, siquiera sea temporal, de la patentes quue pesan sobre las vacunas a fin de fabricarlas de manera masiva y proteger a sus poblaciones.
El caso de La India es paradigmático. Se trata de un país productor mundial de vacunas y fármacos de todo tipo, pero no tiene viales para vacunar a su propia población, que solo está inmunizada en un 2%. Allí se producen 400.000 contagios y 4.000 muertes diarias y no hay oxígeno para todos los que lo necesitan, ni madera para incinerar a los cadáveres.
Naturalmente, el gobierno de La India tiene una gran resposabilidad sobre lo que allí está ocurriendo. Como la tiene el de Brasil en su bello país y, en general, todos los gobiernos del mundo que han optado por defender los derechos y beneficios de las compañias farmacéuticas por encima de la salud y la vida de sus poblaciones.
En medio de un enconado debate mundial a favor y en contra de liberalizar las patentes de las vacunas contra la Covid-19, el gobierno de EEUU, ha afirmado que acepta suspender temporalmente las patentes contra el coronavirus. Inmediatamente, nuestra querida Úrsula von der Leyen ha precisado que ella también se lo está pensando. ¿Tendremos ulguna vez una política europea digna de tal nombre y sobre todo autónoma? ¿Será que, sencillamente, esta Sra. ha sentido vergüenza? Esto último sería un avance sobre posiciones anteriores.
Asi pues, «De un apartado rincon de Madrid» (Luisa Fernanda) se recorta en educación y sanidad mientras se bajan los impuestos practicando una política ultra-liberal en la mejor tradición trumpista, y a la vez, en EEUU en país que resume la expresión más acabada del sistema capitalista, Joe Biden proyecta subir los impuestos a los más ricos para financiar programas sociales y apoya la exención de la propiedad intelectual para las vacunas del Covid-19.