En sesión extraordinaria celebrada el 21 de diciembre de 2012, la
Asamblea General del Monte de Piedad ( Cajasol) ha aprobado la
transformación de dicha Entidad en una fundación de carácter especial,
con la denominación » Fundación de Monte San Fernando». Con este acto
legal se pone fin a una larga historia como entidad financiera, cerca
de 200 años para convertirse en una simple fundación cuyo patrimonio
es el que hereda de la antigua Cajasol en forma de edificios y
participación como accionista en la entidad absorvente La Caixa.
Este importante paso de esa Entidad ha pasado inexplicablemente
bastante desapercibido de la opinión pública. Solamente la actuación
de un consejero de la Asamblea, en representación de los consumidores
( FACUA) rechazando el regalo del Consejo de Administración
(concretamente un jamón). Con este simple acto, que dignifica al
Consejero, ha puesto de manifiesto un hecho digno de un minimo
análisis.
La tranquilidad y la falta de autocrítica de los miembros de la
Asamblea, simplemente ha finiquitado la Caja de forma rápida y casi
clandestina y, sin ningún remordimiento, han recibido su tradicional
regalo de Navidad ( un cheque y un jamón). Además, como según ellos su
gestión ha sido tan magnífica, se han reelegido como los nuevos
órganos rectores de la Fundación.
En definitiva,los gestores y Consejo de Administración, han casi regalado a la Caixa una entidad financiera centenaria en la que tenían el mandato y la obligación de
gestionar honesta y prudentemente. En lugar de realizar esta labor,
han destrozado a la empresa.
Cajasol contaba con un importante patrimonio e influencia en el tejido
social de Andalucía Occidental, daba trabajo a más de 5000 personas y
era uno de los motores económicos con que contaba el gobierno de
Andalucía. Además del daño causado a la sociedad andaluza, esta
operación ha supuesto una gran pérdida de empleo, los despidos se
cuentan por miles, mientras que los culpables de esta situación, que
son una minoria de ejecutivos y consejeros, siguen disfrutando de una
holgadísima situación económica con pensiones y sueldos millonarios.
Ante estos hechos casi nadie ha actuado durante estos años para evitar
la actual situación, solo algunos representantes sindicales se han
opuesto a esta nefasta política. Habría que preguntarse por qué los
representantes de la Junta de Andalucía, tanto en los Consejos de
Administración como en las Comisiones de Control, no impusieron los
criterios y recomendaciones del Banco de España sobre el riesgo
suicida del negocio inmobiliario, causa final del desastre. La misma
consideración habría que hacer sobre la actuación de los
representantes del PSOE y del PP.
La cosa ya no tiene remedio, una vez casi finiquitado el sector
financiero andaluz, ya tenemos pruebas de como vienen los nuevos
tiempos, las recientes actuaciones de la Caixa ( las Atarazanas, la
Torre Pelli, la venta de Isla Mágica…) dan una idea de cual su
actitud ante los proyectos y problemas de nuestra Comunidad, aunque
nada haya que reprocharle, ellos actúan como cualquier entidad
financiera foránea.
Además tal como está constituida y dirigida la nueva fundación tiene
también sus días contados por inviabilidad.
Todo esto, y todavía no se habrá terminado de consumir el jamón…