UN AÑO DE GUERRA EN EUROPA

                El día 24 de este mes de febrero se cumplirá un año desde que las tropas rusas invadieron Ucrania, desde entonces muchas cosas han cambiado en Europa y los gobiernos que componen la U.E se han visto obligados a repensar su estrategia defensiva, su economía, su abastecimiento energético, su modo de vida e incluso como defender sus valores democráticos y su filosofía que, hasta ahora consistía en mantener un tipo de vida alegre y confiado. Estas notas pretenden señalar algunos de los cambios que, a nuestro juicio, se han producido como consecuencia de este año de guerra en Europa.

1) EL ARRASAMIENTO DE UCRANIA

            No hay datos fiables de los muertos  y heridos en el frente de batalla ni de las víctimas civiles de las bombas y misiles rusos, pero los datos parciales que se han ido facilitando hacen temer que las cifra pueda ascender a centenares de miles. La destrucción de viviendas, edificios, y conducciones eléctricas, hidráulicas y de gas es enorme, hasta el punto de dejar al país sin luz, agua y gas frecuentemente. Rusia ataca a la población civil como castigo a los ucranianos por hacerle frente. 10.000.000 de personas, sobre todo mujeres y niños han salido de país.

            Las personas que han cambiado de población dentro del país buscando zonas alejadas de la guerra son también varios millones.

2) LA MOVILIZACIÓN RUSA

            El Kremlin ha movilizado oficialmente a 300.000 hombres para enviarlos al frente, pero cálculos de agencias occidentales elevan esa cifra a 1.000.000. No facilitan datos sobre sus pérdidas, pero se sabe que son cuantiosas. Wagner, el ejército mercenario del chef de Putin, ha perdido 40.000 hombres de los 50.000 que reclutó en las cárceles rusas.

            Todavía parece que la mayoría de la población apoya esta aventura sangrienta pero miles de hombres han huido de Rusia ante el temor de ser llamados a filas y las madres rusas que reciben a sus hijos en bolsas de plástico negras no se sabe hasta cuando callarán.

3) FIN DE LA NEUTRALIDAD Y REARME

            Con una guerra en Europa, sin saber cómo ni cuándo terminará, y dada la actitud agresiva del autócrata ruso, no es ya posible la neutralidad. Países tradicionalmente neutrales como Suecia o Finlandia han solicitado su ingreso en la OTAN. Todos los países de la UE (singularmente Alemania) han aumentado sus presupuestos de defensa, entre otras cosas para responder a las demandas cada vez más imperiosas de Ucrania en esta materia. No dudamos de su necesidad pero, sería lamentable que este incremento en defensa fuera en detrimento de sanidad, educación o servicios sociales.

4) DEPENDENCIA ENERGÉTICA Y SANCIONES

            Cuando comenzó esta guerra, todos los países de la UE y en especial Alemania, dependían  en mayor o menor medida del gas y el petróleo ruso, la principal de sus exportaciones y lo que nutre sus arcas para mantener el conflicto. En menos de un año se han encontrado fuentes alternativas y se ha reducido sustancialmente el suministro ruso y el flujo ingente de recursos económicos hacia este país. Por otra parte, la UE ha impuesto a Rusia nueve rondas de sanciones y estudia una décima que, han afectado de manera importante, aunque sin llegar al colapso, a la economía rusa que este enero (según datos del Ministerio de Hacienda ruso) tuvo unos ingresos menores por venta de petróleo de un 46% en relación al año anterior y unos gastos del 59% más a causa de la guerra. Es decir, un déficit de 20.000 millones de euros. Así pues, le economía rusa ya se está viendo afectada de manera importante por las sanciones de la U.E.

5) UCRANIA PAÍS CANDIDATO A MIEMBRO DE LA UNION EUROPEA

            El futuro de Ucrania está sin duda en el seno de la UE, así lo han entendido ambas partes y se corresponde con el trato excepcional que las autoridades europeas están dispensando a Ucrania. Es verdad que los procesos de adhesión a la UE son prolongados pero, en este caso, Ucrania ha conseguido muy rápidamente el status de  candidato y ello es una garantía para este país y facilitará la canalización de los ingentes recursos que los ucranianos necesitarán para la reconstrucción de un territorio devastado.

            En definitiva, estamos en un momento en Europa y en el mundo que Olaf Scholz ha definido como «Zeitenwende» un cambio de época. En este contexto el gobierno español está enviando armas cada vez más potentes a Ucrania (incluidos los tanques Leopard) y ha acogido, hasta ahora, a 160.000 personas de Ucrania, sobre todo mujeres y niños.

            Es cierto que cuando se produce una agresión de esta entidad, hay que armar y ayudar al agredido para que pueda defenderse. No obstante, siempre hay que darle una oportunidad a la paz porque esta es un bien impagable. En este sentido bien valdría considerar la tercera vía que propugna Lula da Silva que pretende involucrar a China, India e Indonesia para un fin dialogado a la guerra de Ucrania.