INDULTOS

            El indulto, el perdón gracioso, era una prerrogativa de los reyes absolutos que la usaban a su entera discreción cuando querían demostrar clemencia y magnanimidad con sus enemigos reales o imaginarios. También solían usarlo con motivo de subir al trono, tener un hijo,  ganar una guerra o cualquier ocurrencia o festejo del monarca de turno. Era y es una prerrogativa completamente arbitraria que las democracias modernas han heredado y que algunos penalistas consideran una antigualla medieval y atrabiliaria que debería desaparecer de nuestro ordenamiento jurídico.

            Ahora bien, España es un país muy dado a indultar. Aquí se han perdonado delitos con sentencia firme desde la más remota antigüedad y lo han hecho todos los regímenes que han gobernado España, desde los reyes de derecho divino, La República, las dictaduras de Primo de Rivera y Franco y ahora la Democracia. Durante muchos años de los pasados siglos XIX y XX, el ministerio que proponía al Consejo de Gobierno los indultos se llamó de Gracia y Justicia.

            Durante la dictadura franquista se promulgaron varios indultos generales e incluso alguna amnistía con motivo de cumpleaños del régimen o decisión del dictador, que para eso el Estado era él, pero algunos sospechamos, que lo que de verdad le gustaba era fusilar. De hecho, dos meses antes de su fallecimiento en noviembre de 1975, ordenó ejecutar a 5 hombres jóvenes por motivos políticos.

            A lo largo de la Transición, y aún antes de aprobar la Constitución, se promulgó una Ley de Amnistía en 1977 que liberaba a presos políticos del Régimen y salvaba algunas de las infamias más notables del franquismo.

            Una vez celebradas  las elecciones libres y aprobada  nuestra actual Constitución, los gobiernos democráticos han indultado con largueza –aproximadamente unos 16.000  indultos desde 1978 hasta hoy-

            Curiosamente el Presidente que más indultos ha concedido ha sido Aznar con nada menos que 6.000. Casi todos a banqueros, hombres de negocios y delincuentes de “cuello blanco”. Debe ser que los sentía más cercanos.

            Ahora se plantea indultar a los condenados independentistas de Cataluña y la derecha zaragatera y bulliciosa se ha echado al monte de Colón, acusando de traición al gobierno de España. ¡Qué exageración, con todo lo que se ha indultado aquí!

            Desde luego es dudoso que una medida como ésta vaya a resolver el conflicto catalán pero, si puede desinflamar la situación y contribuye a encauzar el problema, es posible que sea útil para Cataluña y para España.

            Hay signos esperanzadores por parte de ERC que, por boca de su máximo dirigente  -beneficiario de una probable medida de gracia- acaba de declarar que los indultos serán bienvenidos y que la unilateralidad ha resultado inviable.

            En todo caso, a los independentistas recalcitrantes que propugnan la vía unilateral y el enfrentamiento con el Estado, los que afirman que lo volverían a hacer, hay que recordarles que la Constitución y el Estatut continúan vigentes, que el Tribunal Supremo y el Constitucional siguen ejerciendo plenamente sus funciones y que eso que defienden, en cuanto traspasen ciertos límites que marcan las leyes y el sentido común, no es una salida  para Cataluña sino una entrada para ellos… en la cárcel.

TEMAS PARA EL DEBATE, JUNIO DE 2021

                La Revista Temas para el debate, de este mes de junio 2021 (nº 318) se inicia con una reflexión sobre “Más y mejor Estado”, pues ante una situación como la provocada por la pandemia “no sólo necesitamos más Estado, sino también un Estado mejor, con capacidad de proporcionar servicios de calidad a todos los ciudadanos, y también con la capacidad de dar la debida protección a los servicios sociales”. Seguridad Pública, Políticas Públicas Educativas, Servicios Públicos de Salud, Desarrollo Humano, Protección del Trabajo, Equilibrio Ecológico, Cultura…, y todo ello con la perspectiva transversal de la igualdad entre mujeres y hombres, exigen más Estado y de más calidad.

                Efectivamente: “Ante una situación tan excepcional como la provocada por la pandemia y sus previsibles efectos económicos y laborales, el papel tradicional del Estado se acrecienta, se revaloriza y se extiende hacia otras dimensiones que requieren ser atendidas y garantizadas por todos.” (pág.6).

                Destacar, entre otras, las siguientes aportaciones:

  • La igualdad real entre hombres y mujeres constituye el pilar de la democracia de este siglo XXI.
  • La aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética supondrá  un avance en la integración de exigencias medioambientales.
  • La Salud Pública sigue siendo la asignatura pendiente de nuestro Sistema Nacional de Salud.
  • Afrontar las insuficiencias y desequilibrios del Sistema Educativo, frente a derivas eclesiásticas, neoliberales y/o separatistas, es urgente.
  • Es ineludible impulsar el respeto y el desarrollo de los principios del Trabajo Decente, promulgado por la OIT (Organización Internacional del Trabajo).
  • Garantizar el acceso de la ciudadanía a los bienes culturales, sigue siendo un reto.

                Sobre la igualdad real: “Se necesita Estado para garantizar la igualdad entre mujeres y hombre”, Carmen Calvo, Vicepresidenta Primera del Gobierno de España, tras afirmar que son muy preocupantes las manifestaciones de violencia contra las mujeres, concluye su artículo diciendo: “sin igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres, no se puede entender la democracia, no tiene viabilidad, no tiene mejora, no tiene expectativa. Así de importante es.”(pág. 20).

                Muy importante también lo que escribe Cristina Narbona: “El Estado, imprescindible para preservar los equilibrios ecológicos” (págs. 21-23). Preservar la biodiversidad, reorientar la política del agua, y retomar los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, es crucial si se quiere garantizar un futuro mejor para las personas más jóvenes así como para quienes aún no han nacido.

                “La Sanidad Pública Postcovid: entre el estrés y la revitalización” (págs. 24-27) es el aporte importante de María Luisa Carcedo, Diputada del PSOE, en pro de mantener la capacidad de respuesta universal de salud tanto en la atención primaria como en la red hospitalaria.

                “Educación y Estado Social frente a la desigualdad”, de Victorino Mayoral Cortés (Exdiputado del PSOE en el Congreso) invita a bregar con tres adversarios que obstaculizan afrontar las insuficiencias y los desequilibrios del sistema educativo español: la antigua teoría de la función subsidiaria del Estado en Educación, el modelo neoliberal conservador, y la deriva separatista (pág. 30).

                “Estado para proteger al trabajo”, de Toni Ferrer, Presidente de la Comisión de Trabajo del Senado (págs. 31-33) apuesta por el Estado como sujeto social regulador, vigilante y controlador del proceso económico y social. Advierte que los derechos laborales están en el centro de la ofensiva del neoliberalismo a escala mundial contra el Estado de Bienestar –contra los servicios públicos y contra los sistemas públicos de pensiones-. Advierte, además, que la digitalización sin control político y sin regulación produce una situación de explotación salvaje y desregularización laboral y social, como ha ocurrido con las plataformas digitales que se han venido implantando con falsos autónomos, la huida del derecho del trabajo y de las obligaciones fiscales.

                “El Estado y la Cultura” es la aportación de Javier García Fernández, catedrático emérito de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense en Madrid (págs. 37-39). Se reconoce que la Cultura tiene un gran sentido de emancipación, pero que sin el Estado queda al pairo del mercado y sus intereses de publicidad y beneficio económico.

                Vamos, pues, hacia una conjunción de Cultura y Trabajo, hacia la exigencia de reforzar el Sistema Educativo y la Salud Pública Universal;  vamos caminando hacia la Agenda 2030 –por un Mundo más Sostenible-, coherentes con los 17 ODS y sus ambiciosas metas mundiales; y estamos tratando de garantizar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, lo que implica garantizar la dignidad de toda persona humana.