“Depende de lo que dure la pandemia….Pero un cambio que va a perdurar es el número de personas que trabajan desde sus hogares. Muchos de estos arreglos laborales, que ahora son transitorios, se harán permanentes, y a su vez, motivarán ajustes en las estructuras de las organizaciones y su manera de trabajar” Así contestaba Moisés Naím a la pregunta: ¿cómo cambiará nuestra vida, después del coronavirus? (La Vanguardia 04/04/2020).
En principio el teletrabajo no es un derecho ejercitable directamente por el trabajador, tiene carácter voluntario, de acuerdo empresa-trabajador; pero la empresa tiene el deber de proteger la salud de los trabajadores, es decir, en las circunstancias actuales podría tratarse de un tema de prevención de riesgos laborales caso de que la empresa optara, ante el contagio, por mantener la actividad: caso de EY, Indra, Bankia, etc.
El teletrabajo tiene ventajas e inconvenientes para trabajadores y empresas, pues su implantación conlleva: un cambio del lugar de prestación; la disponibilidad, en ese lugar y en la empresa, de las tecnologías adecuadas; y un cambio radical en la organización
productiva.
Además, el teletrabajo permite a la empresa reducir gastos fijos en alquileres, en mobiliario, mantenimiento y conservación, (limpieza, gastos energía, agua, reparaciones..), pluses de transporte, comedor.. Elimina los tiempos de desplazamiento y deja más tiempo libre para la vida privada del trabajador. Potencia la igualdad de oportunidades pues facilita el acceso a personas con movilidad reducida, con cargas familiares,… y además permite contar con profesionales idóneos independientemente de dónde vivan.
Por el contrario, puede “confundir” la vida personal con la laboral, con los correspondientes riesgos de adicción al trabajo y jornadas interminables, la individualización de las RRLL, pérdida de identidad, de pertenencia al grupo, aislamiento y soledad.
¿Estamos preparados?, ¿están las direcciones de las empresas acostumbradas a dirigir equipos virtuales y los trabajadores para autodisciplinarse? Es evidente que se necesita una formación específica o unos períodos de rodaje previos o de prueba, para todos, y una inserción en la llamada sociedad de la información; amen de los, repetidos, medios tecnológicos adecuados a la nueva cultura.
Otra cosa es la regulación del teletrabajo, presente en nuestra legislación: Acuerdo Marco Europeo sobre Teletrabajo de 2002, citado en algún Acuerdo Interconfederal; modificación art. 13 ET, de 2015; la reciente modificación del art. 34.8 ET; las numerosas
normas legales para el ámbito de las Administraciones Públicas, y el art. 5 del reciente RD 463/2020…
Esta regulación con pocas concreciones, porque, como hemos repetido, su implantación es problemática y significa una nueva organización empresarial. Quizás por eso, muchos de los problemas que plantea son terreno abonado para desarrollarse en la Negociación Colectiva Sectorial, con especial atención a las PYMES, y su concreción en el resto, en los convenios de empresa. De hecho, son aún escasas las entidades y empresas que tienen
implantado el teletrabajo y otras están en fase experimental.
La situación actual, del teletrabajo como alternativa al cierre empresarial, puede ayudar a los agentes sociales para, con su necesaria intervención, impulsar el teletrabajo como herramienta de productividad y de conciliación de la vida personal y laboral, facilitando el acceso de los trabajadores con discapacidades que le hagan difícil la movilidad y a los/las que tengan responsabilidades familiares. Al concretar los riesgos para la salud, sobre todo los provocados por el aislamiento del tele-trabajador, habrá articular también las medidas de prevención adecuadas.
Si en los convenios se definen las actividades susceptibles de acogerse a esta actividad y los requisitos a cumplir por el trabajador, se estará más cerca de que el acceso al “nuevo” sistema se convierta en un derecho.
Terminemos como empezamos con Moisés Naim: “..muchos de estos arreglos…, ahora.., transitorios.., se convertirán en permanentes..”.
Son tiempos difíciles, no son tiempos normales, y se aceptaría llevar a cabo algunos, (buenos), experimentos..