EL FRACASO DE LA POLÍTICA: REPETICIÓN DE ELECCIONES GENERALES
El 28 de abril pasado los electores de izquierda y especialmente los socialistas, creíamos que habíamos ganado las Elecciones Generales. En consecuencia se generó una gran ilusión porque habíamos frenado a las derechas y el país se encaminaba hacía una legislatura progresista que iba a revertir la política austericida de Rajoy y mejorar sustancialmente la vida de la gente. En efecto, los antecedentes no podían ser mejores, en apenas diez meses se habían tomado medidas que, como la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) junto con otras estaba incidiendo positivamente en la ciudadanía. Además se pactó con Unidas Podemos unos Presupuestos generales del Estado que, de cristalizar hubieran supuesto un avance importante en el bienestar de nuestro pueblo. Todo eso se fue al garete por el voto en contra de las derechas aliadas, en este caso, con el independentismo catalán.
En aquellas semanas de abril y mayo nadie pensaba que sería imposible el acuerdo y nos veríamos ante una repetición electoral.
El hecho es que España cuenta con una mayoría social y electoral de izquierdas pero las formaciones de este espectro ideológico son incapaces re representarla y ello con programas próximos que, en ninguna parte presentan problemas insalvables.
¡Que contraste con las derechas¡ Si unos hablan de feminazis y de expulsar inmigrantes por la via rápida además de abolir la Ley de Memoria Histórica, pues nada; Nos tomamos un café informal y borramos las diferencias. PP, Cs. y Vox están de acuerdo en lo fundamental: Bajar los impuestos a empresas y grandes fortunas es decir, robarle a los pobres para dárselo a los ricos. Ese es el programa básico de la derecha planetaria desde Trump a Macron. En torno a ese programa las derechas españolas han fraguado un pacto de manera inmediata en todos aquellos ámbitos donde la suma de los tres se lo ha permitido. Ahora se les abre la posibilidad inesperada de pactar también en el Estado.
Vamos a tratar de analizar las posiciones políticas de las formaciones que nos han llevado a esta insólita repetición electoral.
PSOE. En democracia quien tiene más votos tiene también mayor responsabilidad. Por eso, fue Pedro Sánchez el encargado de formar gobierno. Aparte de su evidente fracaso, podemos afirmar que la gestión de dicho encargo no ha sido manejada con la suficiente flexibilidad e inteligencia. No ha habido negociación con Podemos y todo se ha reducido a un cruce de reproches y acusaciones que finalmente ha desembocado en una nueva convocatoria electoral por falta de apoyos.
Parecía una partida de póquer jugada por tahúres bajo la fría mirada de estrategas sin ideología ¿Iván Redondo? que aconsejaban los descartes.
Es verdad que el PSOE ofreció a Unidas Podemos hasta cinco fórmulas de colaboración para la legislatura, incluido su anhelado gobierno de coalición, y las rechazó todas, pero el PSOE por responsabilidad estaba obligado a llegar a un acuerdo.
UNIDAS PODEMOS. Sorprende que un partido de nueva creación, que no preside ninguna Comunidad Autónoma y que solo gobierna un ayuntamiento de una capital de provincia en España, rechace entrar en el Consejo Ministros con una Vicepresidencia y tres ministerios. Sobre todo si consideramos que tiene un tercio de los diputados del PSOE. Pensamos que es un error histórico de Podemos cuyas consecuencias es pronto para evaluar. De momento, ha evitado ya en varias ocasiones que este país cuente con gobierno de izquierdas.
CIUDADANOS. La actitud de este partido, sus bandazos, sus absurdos “cordones sanitarios” su incoherencia, su atrabiliario recorrido desde su “social-democracia” inicial hasta sus pactos con Vox, tienen descolocados a sus electores, sus afiliados y a una parte importante de su dirección algunos de cuyos miembros lo han abandonado. El drama de Ciudadanos es que pretende ocupar un espacio político –El liderazgo de la derecha- que los electores no le han dado. Esto le obliga a situarse, en ocasiones, a la derecha del PP, cosa de por sí difícil, máxime si tenemos en cuenta que carece de su infraestructura y experiencia de gestión. Traicionando sus objetivos de sobrepasar al PP, lo han reforzado cuando peor estaban dándoles un importante balón de oxígeno, singularmente en Madrid.
Una actitud menos cafré y un acercamiento al PSOE, podría haber dado lugar a una legislatura de mayoría absoluta, 180, diputados que quizás habría resuelto algunos problemas importantes que tiene España.
PP. Se ha recuperado parcialmente de su de debacle electoral de abril. Ello ha permitido a su líder consolidarse y ahora aguarda una segunda oportunidad que la torpeza de la izquierda , inesperadamente le ha brindado. Juega a ser hombre de Estado pero le falta talla y varios hervores.
Vox. En su línea Nacional-Sindicalista y por el Imperio hacia Dios pero sin olvidarse de bajar los impuestos a los señoritos.
En definitiva, una pena y una ocasión perdida sobre todo si lo comparamos con Italia, en veinte dias de agosto Sergio Mattarella, Presidente de la República y Giuseppe Conte, primer ministro, han logrado un pacto de dos formaciones políticas irreconciliables, han neutralizado a Salvini y han configurado un gobierno de coalición. Claro que ellos no practican navegación a vela ni descansan en Doñana.