LA VACUNA ANDALUZA DE VOX
A finales del siglo XVIII, Edward Jenner, un médico rural inglés observó que las mujeres que ordeñaban vacas no contraían la viruela que por entonces causaba miles de muertes en Europa, y se le ocurrió inocular a un niño de ocho años, una secreción de pústula de vaca enferma de viruela pudiendo comprobar, por medio de una segunda inoculación, esta vez de la viruela en humanos, que el niño quedaba inmunizado y por tanto libre de la enfermedad. De ahí el nombre de vacuna.
En el siglo XIX el químico y bacteriólogo francés Louis Pasteur, siguiendo la línea investigadora de Jenner, descubrió que inoculando a una persona microbios atenuados, debilitados o muertos de una enfermedad grave, el organismo aprende a construir los anticuerpos que luego derrotarán la enfermedad cuando esta se manifieste. Desde entonces la vacuna es el modo más eficaz de prevenir enfermedades infecciosas, víricas y bacteriológicas.
Vox ha sido definido como una infección, un partido contagioso. Y lo es porque tiene la propiedad de “contagiar” su ideología a otras organizaciones políticas singularmente de la derecha. También tiene capacidad para condicionar los asuntos y la agenda de fuerzas políticas alejadas de su universo mental, por lo demás bastante rancio y carpetovetónico. Sus ideas son simples, directas y calan con facilidad: “Los españoles primero”. “Los extranjeros nos quitan el trabajo y nos roban”. “España se está cubriendo de mezquitas”. “Hay que acabar con la dictadura del feminismo”. “La izquierda quiere romper España”, y así por el estilo. Son ultraconservadores, ultracatólicos y están aquejados de una cierta misoginia o, al menos, de un complejo de superioridad con respecto a la mujer. Su lenguaje es, de acuerdo con su mentalidad, grosero, faltón y casi siempre falaz. Proponen soluciones fáciles para problemas complejos; son, en definitiva, unos populistas de extrema derecha. Pablo Casado ya está sufriendo el contagio que amenaza extenderse a la formación de Albert Rivera si bien este niega haberla contraído y sufre en silencio sus síntomas cual dama infectada por una enfermedad venérea.
Andalucía ha recibido una dosis de caballo de Vox -12 diputados- que ha posibilitado la triple alianza y el cambio de gobierno en la Junta de Andalucía. La misma noche electoral, después de conocerse los resultados lo dijeron: “Tenemos la llave de San Telmo”. La entrega de esa llave no ha sido gratuita, el PP ha tenido que ceder a parte de sus exigencias y lo que es peor, las medidas decretos y leyes que el PP y Cs pretendan poner en marcha en nuestra tierra, en esta legislatura, están condicionadas por el necesario apoyo de Vox sin el cual ninguna política es susceptible de prosperar.
Lo que para Andalucía ha sido excesivo, puede tener un efecto vacuna para España, impedir o minimizar el contagio e inmunizar al cuerpo electoral y, por tanto, derrotar a la derecha y a la extrema derecha en su ambición por acceder a La Moncloa.
Ha quedado claro como la luz que si PP, Cs y Vox suman un número de escaños suficientes van a pactar y a hacerse con el gobierno del Estado. Contra esta posibilidad cierta solo cabe la movilización de la izquierda. Si en España se da una alta abstención electoral y ocurre, en proporción, como en Andalucía donde 700.000 votantes de izquierda se quedaron en casa, podemos tener la seguridad de que el triunvirato Casado-Rivera-Abascal (CRA) van a gobernar este país.
Lo que nos jugamos en el envite nos retrotrae a las postrimerías del franquismo y perjudica especialmente a las clases medias y trabajadoras y a las mujeres en su conjunto. A nuestro juicio, siguiendo la declaración institucional del presidente Pedro Sánchez del día 15 de este mes de febrero, sería mejor un gobierno de progreso, respetuoso con los derechos y libertades de mujeres y hombres, firme pero dialogante en la cuestión catalana, que colocara la agenda social como prioridad y que, en definitiva, mejorara la calidad de vida de nuestro pueblo de acuerdo con los principios de una socialdemocracia clásica. Esto es lo que deben decidir con su voto los españoles el próximo 28 de abril.