PROBLEMAS DE LA ENSEÑANZA
En una intervención pública de un alto cargo de la Consejería de Educación, de la Junta de Andalucía, se han escuchado de su boca una serie de disparates de tal calibre que sin duda requieren un comentario. Para hacerlo de todos en profundidad sería necesario un amplio ensayo, pero parece oportuno y hasta necesario hacer un somero comentario para dejar constancias de tres despropósitos significativos.
El primero y más grave fue comunicar que hay actuaciones, por parte de la Consejería, más prioritarias que eliminar el amianto en los colegios públicos andaluces. Nombrar el amianto es hacerlo también del cáncer de pulmón y del mesotelioma; y relacionarlo con los colegios es potenciar una inquietud ya existente, aunque injustificada, entre los padres de los alumnos de algunos colegios públicos de Andalucía.
Lo cierto es que en los colegios públicos de Andalucía “NO HAY CONTAMINACIÓN POR AMIANTO”, luego no se puede eliminar. Puede que en alguno se encuentre un panel o varios de Uralita pero tales elementos no ofrecen ningún peligro, el riesgo sólo se presenta cuando en el ambiente hay fibras de amianto sueltas que al respirar puedan penetrar en las vías respiratorias. !NO ES EL CASO!…..!NO ES EL CASO!…!NO ES EL CASO!
Este alto cargo no debería hablar de una materia tan delicada y menos aún si no sabe lo que dice.
La segunda ocurrencia disparatada fue asegurar que es objetivo prioritario de la Consejería conseguir que los alumnos de la enseñanza obligatoria la terminen siendo poliglotas, que hablen con soltura tres o cuatro lenguas. Sin duda este buen señor piensa que todos los alumnos andaluces hagan la carrera diplomática o se dediquen a los negocios internacionales, cuando lo cierto es que, de acuerdo con la orientación y marcha de la economía andaluza, un alto porcentaje de esos jóvenes terminaran siendo camareros y, como mucho, con un conocimiento funcional de la lengua inglesa cumplirán con su trabajo y cometido.
Lo grave es que este personaje olvida lo que es realmente importante: Andalucía está en la cabeza de las Comunidades Autónomas por el altísimo abandono escolar, y lo peor es que muchos de los alumnos que terminan la enseñanza obligatoria, en los centros públicos, no leen; lógicamente en español, su lengua materna, base fundamental para conseguir un desarrollo vital y social óptimo, y que probablemente actúan así porque no entienden muy bien los escritos; y de escribir… contra menos mejor.
Tampoco debe olvidar, el responsable, que esos alumnos no tienen la menor idea de la historia de su país y de su cultura por lo tanto no pueden ubicarse bien en él, y si tienen algunas nociones de geografía es porque son aficionados al fútbol, y siguen a los equipos de diferentes ciudades de las ligas españolas y las de otros países. Por añadidura, el manejo de las cuatro reglas básicas de la aritmética no lo hacen con soltura.
Si este buen señor no se plantea como prioridad
absoluta corregir las carencias mencionadas y su objetivo está en conseguir alumnos poliglotas, es que no sabe dónde está.
El tercer despropósito está relacionado con el profesorado. Según el alto cargo el profesorado que hay en Andalucía no sirve. Las decenas de miles de profesores son inútiles, sobran. Su objetivo es ir a un profesional mejor preparado y especializado en disciplinas concretas. Nada de que un sólo profesor se haga cargo de un curso de E.G.B., tienen que hacerlo varios especialistas en diferentes disciplinas.
Éste buen señor además de la ignorancia entra de pleno en la incompetencia, debe ignorar cuál es la situación real de los profesores andaluces en la enseñanza pública. Uno de los motivos más frecuentas de baja por enfermedad de los docentes es la depresión, consecuencia de enfrentarse a aulas de alumnos mal educados, sin el menor espíritu de sacrificio y sin ningún interés por aprender. Protegidos y aleccionados por los padres, que los maleducan y se enfrentan a los profesores, si estos les exigen el menor sacrificio y tuvieran, además, la obligación de educarlos de acuerdo con las normas paternas.
Tampoco debe recordar, el alto cargo, que algunos de estos profesores tienen retribuciones próximas al salario mínimo.
Cuando ilusos, iluminados e incompetentes ocupan cargos con parcelas de poder, el resultado final está asegurado y no es otro que el fracaso de la sociedad en la parte sectorial correspondiente que, en este caso, es la Educación, pieza fundamental para el bienestar, para el desarrollo personal y comunitario, y para la sana convivencia.