LOS PACTOS POSTELECTORALES
Es un hecho histórico que se ha dado en diferentes países de Europa, y concretamente en España, que cuando el socialismo democrático (la socialdemocracia) ha pactado con los comunistas éstos los han exterminado y no sólo en el sentido figurado del “terminar” como organización, sino incluso en el sentido literal de la palabra; pero, concretamente, no sólo al partido sino también a sus miembros. Ocurrió en el proceso revolucionario ruso y, aunque no en términos tan rotundos, también tuvo lugar durante la guerra civil española. Fue uno de los motivos de la ineficacia de los gobiernos de la República, lo que favoreció la llegada del desastre final.
El partido socialista obrero español (PSOE) pasa por momentos muy difíciles porque aún no le ha pagado a sus electores el desastroso periodo (de Rodríguez Zapatero), que dejó al país y al PSOE sumidos en el profundo pozo de la incompetencia, a la que se unió los casos de corrupción en la comunidad de Andalucía, la más importante para el PSOE. Los resultados en las últimas elecciones así lo indican, pues no se trata sólo de la aceptación o no del actual secretario general, está la herencia y la necesidad de la renovación de la organización y en su situación actual sólo podrá hacerlo en la oposición, donde además de forjar a un auténtico líder y unos órganos ejecutivos competentes, debería mantener un papel activo en permanente actitud colaboradora para hacer posible la gobernabilidad del país, aunque defendiendo sus principios como el primer partido progresista del país, y así poder volver a ocupar el papel que le corresponde, como el único partido que representa a la socialdemocracia.
Las dificultades derivadas de la actual situación por la que pasa Europa con un auge incontrolable de los populismos nacionalistas de todo signo, con ambiciones totalitarias de sus líderes, potenciados por la separación de la Unión Europea del Reino Unido de la Gran Bretaña, es imprescindible el entendimiento entre los partidos constitucionalistas de este país.
No se trata de formar gobierno con la derecha, ni apoyar sin contrapartidas a ese posible gobierno, si no abocar y hacer posible desde la oposición los acuerdos de Estado, entre partidos constitucionalistas, que son imprescindibles para hacer el futuro de España lo más optimo posible. Estos acuerdos irían desde la reforma de la Constitución y la ley electoral, a un acuerdo para la enseñanza, las pensiones, la legislación laboral y por supuesto políticas sociales en pos de la igualdad y de lucha contra la pobreza y la marginación. Así se podría abrir un amplio abanico de campos de trabajo donde la colaboración y el acuerdo para llegar a soluciones aceptables por las tres opciones políticas, porque cuando rige la buena voluntad y la inteligencia todos los acuerdos son posibles y favorables para las partes.
Condición imprescindible para llegar a iniciar el camino de retorno del PSOE para ser una opción de gobierno es mantenerse fiel a los principios de la socialdemocracia.
Pretender presidir un gobierno con 85 escaños en el Congreso de los Diputados es no un sueño sino una pesadilla para mentes calenturientas, sobre todo teniendo en cuenta, además, la mayoría absoluta reforzada en el senado respecto a la opción liberal neoconservadora.
La realidad política de este país exige pactos, y un nuevo sentido de democracia discursiva, pero en ningún caso pactos de gobierno con los comunistas envueltos en el populismo y dispuestos a terminar con cualquier opositor.