LA HORA DE LOS PACTOS
Las elecciones autonómicas y municipales 2015 han confirmado lo que venían augurando las encuestas al configurar una realidad política diferente de la vivida hasta ahora en nuestro país. En efecto, parece que el bipartidismo se ha terminado y a partir de hoy deberemos hablar de tetra-partidismo y tener en cuenta cuatro fuerzas de implantación nacional, además de los clásicos nacionalismos vasco, catalán y, en menor medida gallego.
La tendencia que apareció en las elecciones europeas de 2014, continúa en las andaluzas de 2015 y se consolida de manera efectiva en las autonómicas y municipales del 24 de mayo de este mismo año. Es decir, aquí ha surgido una nueva asignación y distribución del poder propiciada por amplias capas de la sociedad española que reclama profundos cambios en el quehacer político e interpela sobre qué se hace, para quiénes se hace y cómo se hace la actividad política en nuestro país.
Acorde con esta distribución más fragmentada del poder, los ciudadanos han expresado también la necesidad imperiosa de recuperar el consenso, de llegar a acuerdos para gobernar desde las instituciones, marcando un nuevo estilo presidido por el diálogo, la empatía, el respeto al otro y el pacto. Estas elecciones marcan un antes y un después en la historia de la democracia española. Estamos ante una situación inédita. A partir de ahora, las cosas no volverán a ser como antes. Los partidos que no entiendan y atiendan este claro mandato expresado en las urnas, se arriesgan a declinar y desaparecer del tablero político más pronto que tarde. Un distintivo de la cultura es la convivencia en comunidad, la exigencia de la justicia, y de la igualdad ante deberes y derechos compartidos por quienes anteponen el interés general a los intereses individuales o partidistas.
A este respecto, vamos a exponer algunas reflexiones sobre la posición que, a nuestro juicio, ocupan las fuerzas políticas españolas después del 24 de mayo:
1)El Partido Popular es la formación que obtiene más votos en las municipales en España, apuntándose un 27% de los sufragios. Pero aquí se terminan las buenas noticias para este partido porque pierde 10 puntos y 2.500.000 con respecto a las de 2011.
Pierde también la mayoría absoluta en todas las autonomías donde las ostentaba y en Extremadura, donde Monago e IU solo han aguantado cuatro años.
Depende de Ciudadanos para gobernar ayuntamientos y autonomías allí donde la suma de ambos sea suficiente y dada su arrogancia y las exigencias de estos jóvenes incontaminados, no lo va a tener fácil.
Los electores le han dado ya los tres avisos preceptivos al partido popular: Europeas, andaluzas y autonómicas y municipales. A partir de ahí solo queda devolver el toro a los corrales.
2) El PSOE tampoco está para tirar cohetes, ha perdido 670.000 votos y aun está a 2 puntos del PP en las municipales. El resultado que obtiene en las grandes ciudades –Especialmente Madrid y Barcelona- es muy pobre. Pero aquí se acaban las malas noticias para el PSOE, paradójicamente, con menos votos va a conseguir más poder gracias a la bajada de su adversario y a los pactos que pueda cerrar con Podemos y Ciudadanos. Así, además de ser el más votado en Andalucía y mantenerse en Asturias, se impone en Extremadura y opta a gobernar cinco o seis CCAAs en función de los acuerdos que sea capaz de alcanzar. En toda negociación será imprescindible el análisis, el debate constructivo y la capacidad de consenso, sin arrogancias improcedentes.
Hay también un importante avance en municipios medianos y pequeños, sin olvidar algunas capitales que retiene, que ha conquistado o que puede conquistar, merced una vez más a los pactos, como puede ser el caso de Sevilla.
En estos días la dirección federal ha repetido como un mantra que el PSOE “Es el partido hegemónico de la izquierda” y es verdad pero no basta. Ante unas elecciones generales hay que ser además el partido más votado si se pretende gobernar España. No se olvide el tema de la soberanía del pueblo, es decir, de la comunidad y sus intereses generales.
Desde una perspectiva socialista el rumbo de colisión que lleva el buque popular, hace presagiar que pueda estrellarse contra la escollera y propiciar un profundo cambio político en nuestro país. El panorama es en palabras de Cesar Luena de “Prudente optimismo”.
3) Ciudadanos obtiene casi 1.500.000 y es la llave en numerosos municipios y varias autonomías, singularmente Madrid, autonomía que el PP no puede gobernar sin su permiso. Son jóvenes, exigentes y parecen dispuestos a no mercadear con cargos y prebendas, pueden pactar con quien quieran. Hasta ahora están impolutos y pretenden llegar así a las elecciones generales. Es posible que sean la derecha civilizada que necesita España.
4) Es difícil cuantificar el apoyo cosechado por Podemos ya que a las municipales se presentaba en el seno de plataformas aliados con Equo, la PAH, en algunos casos IU, movimientos vecinales etc. Han obtenido más de 2.000.000 de votos en el conjunto del país, la alcaldía de Barcelona y probablemente Madrid si alcanzan un acuerdo con el PSOE.
En cuanto a las autonomías donde han concurrido con su nombre, entran en todos los parlamentos regionales y son decisivos en varios de ellos para que el PSOE pueda gobernar. No parece extraño que, a la vista de los resultados, Pedro Sánchez los haya llamado para pactar con ellos.
5)Por último IU paga su lucha fratricida en Madrid saliendo del Ayuntamiento y la Comunidad, donde ni siquiera un hombre como Luis García Montero logra un escaño. Se mantienen en algunos municipios y en Asturias donde Gaspar Llamazares consigue 5 diputados.
IU no ha superado la “OPA hostil” que le lanzó Podemos y solo conservan ciertos baluartes defendidos por los abnegados militantes que todavía no han huido de los mismos.
UPyD desaparece del mapa político y su lideresa inmarcesible va camino de la jubilación forzosa por no entender que, en relación a Ciudadanos, se trataba de pactar o morir. Tómese nota. El tiempo de la fuerza emperatriz ha pasado a la historia.
En definitiva, si los partidos políticos españoles son flexibles e inteligentes, la fragmentación puede ser positiva, los gobiernos bipartitos o tripartitos pueden ser eficaces, y los controles de unos sobre otros y de la oposición -que será mucho más fuerte-, deben fomentar una gestión pública más limpia y honesta que redunde en beneficio de la mayoría de los ciudadanos.