DE MOVIMIENTO A PARTIDO POLÍTICO
El llamado movimiento 15 M fue una consecuencia de las políticas nefastas de los principales partidos políticos, del comportamiento punible de algunos de sus miembros más destacados y con importantes responsabilidades, así como por la situación de crisis que vive el país.
Comportamiento especialmente grave del PSOE, porque marginó de su quehacer político los principios de la socialdemocracia a favor del Estado de bienestar y de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, para dejarse arrastrar por la mala política y la corrupción.
Los movimientos tienen en la historia de este país un mal precedente. La guerra civil que comenzó en 1936 con la sublevación de parte del ejército contra el gobierno legalmente constituido, los sediciosos lo llamaron, en 1938 movimiento. El movimiento nacional fue después, durante todos los años de la Dictadura Franquista su principal sostén. Es pues positivo que el llamado movimiento 15 M, se haya concretado en un partido político, pues además ello obliga a formalizar una organización con responsables al frente y someterse a las disposiciones que regulan a los partidos políticos, concretar unos principios que definan la posición que ocupará entre todos los partidos políticos inscritos y reconocidos como tales, así como tener un programa de actuaciones a llevar a término de llegar a gobernar, que en definitiva es el compromiso con el electorado y con todo el país. Programa que se podrá valorar y criticar como se hace con el del resto de las organizaciones que concurren a las elecciones, lo cumplan o no si llegan a gobernar.
Lo más curioso y digno de análisis y valoración es por qué al frente de ese movimiento 15 M se ha puesto un grupo de jóvenes profesores universitarios, sin experiencia política pero con actuaciones y consignas muy claras. Los componentes del grupo dirigente no han tenido más oposición para hacerse con el control del movimiento, que la surgida entre ellos mismos.
A las elecciones generales de 1982 concurrieron 63 partidos políticos, nueve de ellos contenían el termino comunista: -Partido Comunista de España, -Partido de los Comunistas de Cataluña, -Partido Comunista Obrero Español, -Unificación Comunista de España, -Partido Comunista de España (Marxista-Leninista), -Liga Comunista, -Frente Comunista de Cataluña, -Frente de izquierda Comunista. Entre todos consiguieron 949.414 votos de un censo de 21.469.274 electores. En las elecciones de 2011 concurrieron 50 partidos y dos de ellos tenían el término comunista: -Partido Comunista de los Pueblos de España y -Unificación Comunista de España. De un censo de 24.590.557 electores, consiguieron 43.584 votos. Al parecer y de acuerdo con el comportamiento de los partidos políticos el termino comunista resta votos, de ahí que el PCE se oculte tras las siglas de IU y es evidente que los dirigentes de Podemos le dan al partido el carácter de partido comunista, por su proceder, aunque pretendan ocultarlo tras un nombre que nada dice de tal ideología y una llamada al centro político.
Las incógnitas que se tendrán que descifrar en un futuro muy próximo será saber si el PCE está tras la nueva formación, de las maniobras para controlarla y de una forma u otra se integra en ella para dirigirla y conseguir los fines que en su día se fijó Julio Anguita de suplantar al PSOE y que no pudo lograr, o si por el contrario entran en colisión con Podemos y luchan abiertamente por imponerse uno al otro. Lo lamentable de esta situación para el PSOE es que muestra su falta de agilidad y habilidad para estar presente en las corrientes ciudadanas, en pos de la justicia, y que pueda influir en ellas, lo que en otras épocas sí hacía.
Es necesario, para mantener en este país un Estado Social y Democrático de Derecho, contar con un partido que tenga una ideología y un programa de gobierno socialdemócrata para hacer frente a la derecha. Este partido tendría que seguir siendo el PSOE, para lo que es imprescindible que supere la enorme crisis de identidad por la que pasa para recuperar a su militancia y a sus votantes, de los que muchos han derivado hacia el nuevo partido, que ha optado por llamarse Podemos.