LOS GITANOS Y EL «CAMARADA VALLS»

LOS GITANOS Y EL ” CAMARADA VALLS”

 

 

Los gitanos constituyen la minoría étnica más importante de Europa con 14 millones de personas. Después de seis siglos en este continente son además la minoría autóctona y, por tanto, nacionales de los 27 países que conforman la UE.

Tienen su propia lengua derivada del sánscrito, el romanó, y unas costumbres familiares ancestrales que los singularizan del resto de la población europea. Aunque tienden al sedentarismo y ocupar hábitats permanentes apenas las circunstancias se lo permiten, quedan aún grupos itinerantes, sobre todo en la Europa del Este, que hacen permeables las fronteras con la mayor naturalidad. Son los únicos europeos que antes de Schengen y de la libre circulación de personas merced a los tratados entre países de la Unión, se trasladaban sin complejos por todo el continente sin importarles un bledo fronteras y aduanas.

Han sido perseguidos, obligados a trabajar, esclavizados y, a veces, exterminados desde su aparición en Europa casi hasta nuestros días. En España su persecución, más o menos encubierta, va desde la Primera Pragmática antigitana de los Reyes Católicos de 1499, hasta los artículos contra ellos del reglamento de la Guardia Civil que, no fueron abolidos sino con el advenimiento de la democracia a nuestro país.

El último gran genocida de este pueblo fue Hitler que se calcula asesinó a 800.000 hombres, mujeres y niños gitanos en los campos de exterminio organizados a tal fin.

El Gelem Gelem, la triste y hermosa canción que constituye su himno internacional lo recuerda en una de sus estrofas:

“También yo tenía una gran familia.

Fue asesinada por la Legión Negra”

 

Hoy los gitanos europeos siguen atravesando fronteras en busca de horizontes donde poder vivir. Por este motivo tienen problemas con la policía y, a veces, son expulsados hacia sus países de origen.

En Francia, el Ministro del Interior Manuel Valls, español de origen, al que sus compañeros del partido socialista llaman irónicamente “el camarada Valls”, ha emprendido una cruzada contra los 17.000 gitanos del Este europeo que viven en Francia, se propone expulsarlos del país sin previa formulación de juicio y de manera sumaria. Lo más triste es que con esta actitud no hace sino recoger el ideario racista y xenófobo que viene propugnando, desde hace mucho tiempo, la ultraderecha francesa del Frente Nacional de Marine Le Pen y actuar en consecuencia.

Todo ello desde un gobierno socialista y con el beneplácito del Presidente de la República. Es triste, también que la mayoría de los franceses –izquierdas y derechas- respalden las medidas del  “camarada Valls”.

Sin entrar en el caso de la expulsión de la familia Dibrani, impresentable en el fondo y en la forma, este ministro que se ha puesto a la cabeza de los sondeos en Francia, ha conseguido de una tacada: sacar a la calle a los estudiantes franceses en solidaridad con Leonarda Dibrani; convertirse en el foco de un escándalo político del que, de momento, ha salido ganador; fracturar el Gobierno y el partido socialista, donde importantes dirigentes lo acusan de “traicionar los valores de la izquierda” y dar alas al movimiento ultra que, al socaire de la crisis económica, está trufando los países europeos de movimientos populistas y xenófobos.

Con la extrema derecha no se acaba asumiendo sus banderas, sino con más democracia, más igualdad y mejor calidad de vida para los ciudadanos.

Uno de los países mejores del mundo, el inventor del lema “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, no puede convertirse, por mor de un arribista sin escrúpulos, en un Estado policial, racista y xenófobo.

 

LA CARRERA CICLISTA

LA CARRERA CICLISTA

 

Al hablar de las carreras ciclistas de fondo en carretera se emplean, como propios de tal actividad deportiva, algunos vocablos que pueden ser de utilidad cuando se conversa de política.

Hay, en especial, tres palabras que son muy significativas para el caso que nos ocupa:

 

PELOTÓN, es el conjunto de todos los ciclistas o de un gran número de ellos que participan en la carrera y marchan juntos.

ESCAPADO O ESCAPADOS, son uno o varios ciclistas que marchan por delante del pelotón y, en la jerga ciclistas, forman la cabeza de carrera y aspiran a ganarla.

DESCOLGADO O DESCOLGADOS, son uno o varios ciclistas que no pueden seguir el ritmo del pelotón y se separan de él para marchar detrás a velocidad menor, por lo que se distancian  más y más del pelotón a lo largo de la carrera.

Por lo general el pelotón controla y  marca el ritmo de la carrera y, si están de acuerdo sus componentes para tirar todos ordenadamente y con los oportunos relevos, pueden con relativa facilidad alcanzar a los escapados. De la misma forma pueden disminuir la velocidad y permitir que los descolgados se incorporen a él, incluso con la ayuda de componentes del pelotón que permite  se rezaguen para prestar ayuda al descolgado o descolgados.

Las Comunidades Autónomas de este país se pueden configurar, atendiendo a su grado de desarrollo y bienestar, como los participantes en una carrera ciclista. Los escapados, en ella, serían País Vasco, Madrid y Navarra, que corren con ventajas, lo que se podría decir dopados.

Para el País Vaco y Navarra fueron un gran refuerzo los conciertos económicos, que firmaron los Gobiernos de Aznarín el Pinturero, claramente discriminatorios para con el resto de las Comunidades Autónomas.

Madrid, por ser la Capital del Reino, es el  nudo de las inversiones en infraestructuras y de la centralización, sede de las cabeceras de innumerables empresas que pese a tener el negocio en todo el país sitúan allí sus  centrales, con las ventajas de todo tipo, desde tributarias hasta de consumo, con lo que ello supone para la Comunidad Autónoma. Está, además, la sede de la Jefatura del Estado y del Gobierno Central, que tradicionalmente ha jugado de forma tramposa con todo tipo de fondos, comunitarios o no, a favor de la Capital del Reino.

En el pelotón están la mayoría de las Comunidades Autónomas, cada una intentando ocupar la mejor posición posible en el grupo, de acuerdo con sus capacidades, para intentar escapar si tiene oportunidad y para no descolgarse.

Las Comunidades Autónomas del pelotón podrían dar alcance a las escapadas si juntas lograran eliminar los privilegios de que disfrutan las que están escapadas en la cabeza de la carrera.

¿Dónde situar a Cataluña? Quizá entre el grupo de escapados y el pelotón, pero con la sensación angustiosa del individualista que quiere y no puede.

La descolgada es evidentemente Andalucía, la Comunidad Autónoma con más habitantes y la segunda en extensión del país, que no puede seguir el ritmo que impone el pelotón y se distancia más y más de él.

Esta Comunidad Autónoma, tras más de treinta años de supuestos gobiernos progresistas, continúa descolgada del pelotón, con el riesgo de no poder incorporarse nunca a él por estar cada día más alejado del mismo.

Es difícil encontrar los motivos que justifiquen esta situación. Pero es la primera en todo lo negativo, desde el porcentaje de parados al número de fracasos escolares o al injusto reparto de la riqueza, y la última en lo positivo, desde la renta por persona, al salario medio o al  número de camas hospitalarias por cada mil ciudadanos.

La acción política ha fracasado, en la Comunidad Autónoma Andaluza, y la mayor responsabilidad de las consecuencias es del Partido que ha ostentado más poder durante los últimos treinta y un años. El futuro no apunta a nada bueno con los cambios que han tenido lugar en el Partido que gobierna ni con las alianzas que ha establecido. Posiblemente habrá más de lo mismo. La Comunidad Autónoma seguirá descolgada y la distancia respecto al pelotón aumentará.

La situación requiere un cambio.

La responsabilidad del mismo es, en primer lugar, de toda la clase política y de las instituciones que intentan vertebrar la sociedad civil, que deben tener en cuenta la situación de hecho para estudiar juntas la forma de actuar en consecuencia para que la Comunidad Autónoma Andaluza se incorpore al pelotón, al menos, y evite la sangría de la emigración forzosa de su juventud.

 

 

 

LA ESPAÑA CANTONAL

LA ESPAÑA CANTONAL

Las últimas actuaciones de algunos dirigentes catalanes, que han secundado una parte apreciable de la ciudadanía de la región,  han conseguido que en todo el país se hable, se escriba, se comente y se discute sobre el llamado problema catalán, como si fuera el centro vital del país y de sus habitantes.

Incluso en Europa se trata el tema catalán y la situación actual como si, por sus características, fuera único en los Estados de la Unión Europea, cuando muchos de los países del continente tienen que soportar en sus territorios realidades similares.

En el Estado Español, en el País Vasco, de nuevo vuelven a surgir voces de algunos políticos que probablemente se sumen a los catalanes para seguir un comportamiento similar, y no sería sorprendente que lo mismo ocurriera en Baleares, donde también se aprecian algunos movimientos en tal sentido, y que se pueden extender a más territorios.

De tal situación, que es posible se de en poco tiempo,  hay antecedentes en la historia de España. El movimiento cantonal que tuvo lugar en el siglo XIX,   aunque salvando las distancias del contexto social, político y económico, puede ser un referente entre la España de entonces y la  actual.

La historia parece decir que este país, cuando entra en una crisis que afecta a la economía, a la actividad política, a la ética de sus dirigentes y a la dignidad de sus instituciones, si la sociedad disfruta de un cierto grado de libertad, los políticos de la periferia se levanta contra el centro e intentan infundir en la ciudadanía la idea de que escapar es el único camino para liberarse de las miserias que les infunde el  Gobierno Centralista o la Administración General del Estado, cuando lo correcto sería que ellos se depuraran en el interior de su propio Gobierno Autónomo y Administración.

El movimiento cantonal tuvo lugar en 1873 con la entrada de la Primera Republica que traía la idea de aprobar una Constitución Federalista, muy avanzada, que aportaría a la ciudadanía un régimen de libertades.

Si la implantación de la Primera República tuvo lugar el 11 de febrero de 1873, el movimiento cantonal se inició el 1 de julio de aquel año y duró hasta enero de 1874. La Primera República sobreviviría hasta el 29 de diciembre del mismo año.

Una curiosidad del movimiento cantonal es que se inició en Madrid, aunque sus efectos tuvieron lugar en todo el país, sobre todo en la periferia. En esta situación aconteció la tercera guerra Carlista que afecta a zonas de Cataluña, País Vasco y Aragón por lo que prácticamente todo el país se  levantó contra la legalidad establecida. Algunos historiadores hablan de la situación como si fuera un ensayo general de lo que sería la guerra civil de 1936.

La iniciativa, del movimiento cantonal, partió de la facción más radical de los Republicanos Federales, partido que tenía la mayoría en el Congreso Constituyente y que creó en Madrid un Comité de Salud Pública (que en algo recuerda los de la Revolución Francesa). Los comités surgen en todo el país y con ellos los cantones, con tanto celo que llegan al extremo de enfrentarse unos con otros en guerras abiertas.

El ejército, bajo el mandato del Gobierno de la Republica, acaba con los Cantones con costes considerables en vidas, haciendas y otros  recursos.

El símbolo del movimiento cantonal es Cartagena, de ahí la exclamación popularizada de: ¡Viva Cartagena!, expresión de un gran desmadre. Este cantón fue el último en caer y el que opuso mayor resistencia al Ejército. Tuvo tiempo incluso para acuñar moneda propia, y para remate se ofreció a Estados Unidos de Norteamérica para integrarse como un Estado más de la   Unión. El entonces Presidente, Ulises S. Grant, no tuvo tiempo de estudiar la oferta antes de que el cantón fuera tomado por el Ejército.

El apartado 2 del artículo 1 de la Constitución de 1978:”La soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado” es la expresión de la legalidad contra las tendencias  disgregadoras de amplios sectores dirigentes de este país. Pero si el tal desmadre llegase a los limites del absurdo Andalucía, un territorio de más de 87.000 kilómetros cuadrados, una población que supera los 8 millones y medio de habitantes y con un producto interior bruto superior a los 190.000 millones de dólares podría hacer, a USA, el mismo ofrecimiento que le formuló el Cantón de Cartagena en el siglo XIX. Basta pensar, para su viabilidad, que la distancia de Sevilla a Washington es de 6.055 kilómetros y la distancia de Washington al Estado de Hawai es de 7.667 kilómetros. El imperio podría contralar directamente el paso del océano Atlántico al mar Mediterráneo y estaría próximo a sus aliados en el mundo árabe para extender y reforzando sus zonas de influencia. Por desgracia habría una barrera insuperable para que tal unión fuera posible, sería el idioma.

Es inimaginable que los andaluces se comunicaran y expresaran en la lengua de William Shakespeare.

Se mire como se mire, con ironía o sin ella, la España Cantonal es pura quimera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LOS ERES (EXPEDIENTES DE REGULACIÓN DE EMPLEO)

LOS ERES

(EXPEDIENTES DE REGULACIÓN DE EMPLEO)

ERE es un término que solo se usaba en los ámbitos laborales. Pero ha pasado a utilizarse con frecuencia como consecuencia del procedimiento abierto por la justicia en Andalucía, para investigar un procedimiento administrativo, supuestamente irregular, que la prensa llama el caso de los ERES.

La supuesta corrupción se detecta en marzo de 2009, en las investigaciones que lleva a cabo la Justicia en el caso Mercasevilla. Después se ramifica hasta convertirse en uno de los casos más amplio de corrupción en Andalucía, que por su extensión puede recordar al del gansterismo del municipio de Marbella en su época de mayor esplendor.

Sobre los ERES se escribe, ahora, con profusión   pero no se dispone de un esquema sencillo del asunto y de las responsabilidades que conlleva, dentro y fuera de la Administración Pública Andaluza, de modo que ayude al ciudadano a situarse ante una realidad que tiene que conocer, digerir y, en consecuencia, sacar conclusiones para actuar.

El esquema básico del caso se podría describir en los términos siguientes: Se descubre, el llamado caso de los ERES, como una consecuencia de los intentos de extorsionar a unos industriales, para que pudieran percibir una subvención de la Administración Pública Autónoma. Lo que al parecer era una práctica frecuente, en la que estaban implicados responsables políticos que algunos ya han sido condenados por los tribunales de Justicia.

Los llamados ERES son un mecanismo o procedimiento espacial del que se ha hecho un uso fraudulento, y que puso en marcha la Junta de Andalucía, con el fin de que los trabajadores sometidos a una regulación de empleo de empresas en crisis cobraran prejubilaciones y despidos.

El mecanismo consistía en suscribir pólizas de seguro con determinadas empresas que efectuaban los pagos. El mecanismo lo consideró irregular el Interventor General de la Junta de Andalucía que remitió quince informes al respecto al Consejero responsable, escritos que el político no atendió.

Según parece, el Interventor General no hizo uso adecuado de sus atribuciones para impedir que el mecanismo que tenía como irregular continuara funcionando. En consecuencia tiene, presuntamente, responsabilidades directas en las consecuencias de tales irregularidades, (por lo que sería recomendable que en el cuerpo de interventores no hubiera ningún puesto que fuera de libre designación, para suprimir cualquier tipo de servilismo político.)

En torno al mecanismo de los ERES se generan diferentes actuaciones que pueden ser delictivas.

Primera, se incluyen en ERES de empresas concretas personas que no estaban en las plantillas de trabajadores de las mismas. Entre tales furtivos figuraban parientes, amigos y conocidos de políticos y de gestores de los ERES, que en algunos casos reciben compensaciones de los beneficiados.

Segunda, surgen comisionistas y conseguidores, entre los que hay organizaciones públicas y privadas, que consiguen ilegalmente cantidades suculentas por supuestos trabajos.

Tercera, para completar el esquema del reparto de dinero negro se suman políticos que además de aumentar sus patrimonios personales, regalan a sus amigos y gastan en actividades lúdicas y en drogas.

El tinglado se inicia en el año 2000 y durante el tiempo trascurrido hasta que interviene la justicia las estructuras políticas y técnicas de la Junta de Andalucía no reconocieron ninguna irregularidad, ni en los ERES ni en las subvenciones, para actuar en consecuencia.

El dinero destinado a los ERES hasta el año 2011 se estima en 721 millones de euros y estaba previsto que llegaran hasta la actualidad a 1.400 millones de euros. A las subvenciones se destinaron 78 millones de euros. Todavía no se conoce con exactitud el porcentaje de estas cantidades que fue sustraída, aunque se maneja una cifra en torno a los 140 millones de euros.

Desde el año 2009 hasta la actualidad ni en el PSOE de Andalucía ni en la Administración Pública Andaluza se ha llevado a cabo una limpieza a fondo, con la correspondiente depuración de responsabilidades. El caso se ha dejado en manos de la justicia, como si el Partido del Gobierno y la Administración Pública Andaluza fueran romas e incapaces de autodepurarse en la lucha contra la corrupción, lo que si hace, a veces, por otros intereses bastardos.

Puede haber verdad en que los trámites judiciales se prolongan demasiado. Puede haber verdad en que determinadas actuaciones judiciales se han llevado a término en fechas con especial relevancia política y se les ha dado excesiva publicidad. Puede haber verdad, que en las instrucciones que lleva a término la jurisdicción se deje al margen a políticos aforados o se elaboran autos, en relación a los mismos, que pueden ser prevaricadores, para impedir que el caso pase a tribunales superiores. Al margen de las posibles incoherencias mencionadas en la jurisdicción u otras que puedan surgir, lo cierto es que la trama de corrupción es evidente y que la justicia tiene que actuar con el máximo rigor. Si se confirmaran alguna irregularidad en los trámites del caso de los ERES, en la vía jurisdiccional habría que depurarlas y vendrían a confirmar la necesidad de las reformas, con urnas por medio, que son necesarias para democratizar el Poder Judicial.

La crisis económica y financiera es también una crisis institucional y una crisis de valores, sin duda alguna.