PUCHERAZO y DESCREDITO EN EL PSOE DE ANDALUCÍA
Un pucherazo “orgánico” del PSOE de Andalucía afecta de nuevo a la militancia y ocasiona desafección política.
Según datos del propio partido Socialista Obrero Español, en Andalucía tenía, 127.290 afiliados en el año 2001, pero en el año 2011 pasaron a ser 53.544, es decir 73.746 menos.
Recientemente, al convocar las primarias de julio de 2013 se habla de 45.733 afiliados, 81.557 menos que en 2001, aunque no habido con la antelación suficiente un certificado que indicara con precisión el número exacto, a pesar de que la cifra era fundamental para concretar el número de avales que eran necesarios para presentar candidatura en las elecciones primarias.
Los datos no admiten discusión, en relación a las cifras de 2001 la disminución de afiliados fue del 58% en 2011 y del 64% en la actualidad.
La pregunta es la siguiente: ¿En qué porcentaje bajará la militancia cuando los afiliados actuales tomen conciencia del último “pucherazo” de los órganos directivos del Partido en la Comunidad Autónoma?
La alarmante disminución de la militancia en el PSOE de Andalucía está asociada a múltiples factores. Las causas van desde los casos de corrupción, especialmente el de los ERES, que han asolado al Partido que durante decenas de años ha tenido como bandera su honradez, y cuyos órganos directivos no han reaccionado para que la organización recupere la dignidad que ha perdido, hasta el propio funcionamiento del Partido impuesto por unos dirigentes que han prescindido de los afiliados y a los que solo recurren en épocas electorales para que trabajen en las campañas y hagan de interventores y apoderados, y a los que intenta engañar siempre que les conviene.
Para colmo, finalmente, se ha llevado a término un pucherazo que no tiene precedentes, aunque las elecciones internas y la lucha por el poder orgánico siempre ha originado problemas y divisiones internas, nunca se había dado un espectáculo tan bochornoso como el del mes de julio de 2013.
Tras convocar de prisa y corriendo unas primarias en un plazo, por cierto brevísimo, y en unas fechas en las que los andaluces padecen una climatología de castigo, el llamado aparato centra sus esfuerzos en poner impedimentos, productos de mentes obtusas, a posibles candidatos a los que lesionan sus derechos, al igual que hacen con la militancia. Los recursos y las estructuras orgánicas trabajan para la candidatura que formaba parte de la operación del mal llamado aparato (pues más que aparato es disparate), a la que dedican recursos y esfuerzos que son de todos los afiliados del partido. Una vergüenza sin precedentes en esta organización
No se trata de valorar a la candidata electa, con plenos derechos, como cualquier otro militante, para optar y ocupar la candidatura a la Presidencia de la Junta de Andalucía, sino el proceder de los órganos directivos que hacen que la elección sea éticamente inaceptable. La cadena de despropósitos que, han realizado en el proceso, produce sonrojo en cualquier afiliado al partido que tenga una idea sobre lo que es la ética y la dignidad que debe exigir a sus dirigentes.
El futuro ya está aquí sin que el partido se haya renovado. Renovar es eliminar lo corrupto, lo caduco, lo podrido, lo inservible para que entre lo nuevo, lo limpio, lo sano que lleve esperanza a toda la sociedad. Quede claro que el hecho de que entren afiliados jóvenes en los órganos directivos, no quiere decir que haya renovación. En el PSOE de Andalucía ha ocurrido todo lo contrario a una renovación y con este pucherazo se ha perdido, a corto plazo, cualquier posibilidad de recuperar la dignidad.