¿Un Banco Público Andaluz?

Una de las propuestas más llamativas planteadas desde Izquierda Unida para el logro de un pacto de Gobierno con el PSOE en la Junta de Andalucía,  es la puesta en marcha de un Instituto de Crédito Andaluz que tendría las competencias de un Banco Público Andaluz.

La respuesta a esta propuesta por parte de diversos sectores financieros, medios de comunicación y comentaristas económicos,  ha sido de claro desprecio. Describen la idea como algo anacrónico, algo ya superado por la propia dinámica de los acontecimientos de nuestra economía, una idea propia de la extrema izquierda. En este debate ya planteado, el PSOE aparece sin norte,    casi no opina, se oculta en un silencio vergonzoso.

La única opinión que se escucha con fuerza en estos últimos tiempos en cualquier debate sobre los sistemas financieros, es la de la derecha.

La Demolición de las Cajas de Ahorro

Izquierda Unida propone la creación de una nueva entidad financiera con las mismas competencias que tenían las extintas Cajas de Ahorro en Andalucía.  Evidentemente, para que esta nueva entidad tuviese viabilidad,  tendría que recibir aportaciones económicas no sólo de los poderes públicos, sino también de los particulares a través de sus ahorros.

Llama la atención, sobre todo a los que hemos estado relacionados laboralmente con ellas, la   facilidad con la que se han liquidado las Cajas, como han pasado a convertirse en bancos puros y duros.

Con  rapidez y  sin defensa por parte de casi nadie, de su naturaleza jurídica como entidades benéfico-sociales.

El entierro de las Cajas, y en particular de las andaluzas, ha sido un triunfo en toda regla de las tesis económicas de la derecha.

En tiempo record, han conseguido desmontar el sistema financiero andaluz ante la ausencia de autoridad por parte de la Junta y del partido mayoritario en los Consejos de Administración.

Los representantes del PSOE en los órganos de gobierno han actuado al dictado de sus intereses personales en la mayoría de los casos, haciendo caso omiso de las tibias recomendaciones de su dirección política.

La necesidad de la existencia de entidades financieras de carácter público, llámense Cajas de Ahorro o Bancos Públicos es incuestionable, y más desde posiciones de izquierda. La financiación de los sectores productivos que más posibilidades tienen de tirar de la Economía, como son las pequeñas y medianas empresas, acompañadas del crédito al consumo privado, dependen, y mucho, de una actitud distinta a la empleada por la banca privada, a la que sólo mueve la remuneración a sus accionistas.

Durante los últimos treinta años, las Cajas han contribuido al desarrollo económico y social de Andalucía de una forma determinante, han permitido disponer de instrumentos financieros a los distintos gobiernos regionales para potenciar sus distintas políticas de desarrollo.

Han sido las políticas suicidas de inversión en el sector inmobiliario durante los últimos diez años, las que han provocado la actual situación.

El Sector Inmobiliario “ El Desastre”

Durante más de doscientos años, las Cajas  han sobrevivido con éxito, a desastres históricos tales como, guerras, posguerras, crisis económicas…  Sin embargo han sucumbido, en tan breve espacio de tiempo, a la avaricia y falta de juicio de sus dirigentes (tanto técnicos, como políticos).

Las Cajas impulsaron la inversión en el sector inmobiliario de una forma temeraria. Con estrategias  alejadas de sus propios fines como entidades públicas.

Abonando la especulación sin control y sin tener en cuenta siquiera, a las recomendaciones del Banco de España.

De las catorce Cajas  y trece Cooperativas de Crédito (Cajas Rurales) que existían en Andalucía en el año 1982,  a día de hoy no continúa prácticamente ninguna.

Del naufragio sólo permanecen algunos restos en forma de fundaciones, con participaciones minoritarias, y sin capacidad de control ninguna en la gestión de los bancos privados en las que se han integrado.

“ Un Banco malo para los Malos”

Al final parece que la única salida que están pidiendo los mercados  para sanear los balances de los nuevos bancos creados, puede ser la creación de los llamados “Bancos Malos”. Entidades de saco roto a las que se pasarían todos los activos tóxicos inmobiliarios, con el objetivo de su disolución a largo plazo.

Esta solución conlleva una carga de injusticia social importante: al final los excesos de unos pocos tendremos que pagarlos todos los contribuyentes.

Unos pocos que, además,  permanecen al frente de la mayoría de los nuevos bancos; aumentándose los sueldos al nivel de los de los dirigentes del sector privado, sin ningún tipo de escrúpulos.  Algunos han pasado a ser millonarios de la noche a la mañana.

¿No sería más lógico que pusiéramos a estos responsables al frente de esos “Bancos Malos”, y que no cobrasen ni un euro hasta que no sanearan las cuentas y devolvieran a sus entidades matrices todo el capital defraudado y malgastado a causa de sus ruinosas gestiones?.

¿Puede permitirse el nuevo gobierno andaluz seguir ahondando y abonando el tipo de modelo financiero único que actualmente tenemos?

Un gobierno de izquierdas debería de impulsar sin demora, la creación de una entidad financiera de carácter público. Haciéndolo  sin complejos y corrigiendo errores cometidos.  Convirtiendo a esta entidad en la punta  de lanza de una forma más social y justa de impulsar nuestra economía.

3 comentarios en “¿Un Banco Público Andaluz?

  1. Alegra leer una reflexión tan clara y contundente. La izquierda tiene, al menos en nuestra comunidad, la oportunidad de enmendar los errores cometidos y dar respuesta a los ciudadanos con una política más social y justa. De otro modo, seguiremos paganos la mala gestión ( o la fortuna) de otros, los mismos de siempre

  2. Totalmente de acuerdo con este artículo. En tiempos de crisis, hasta las personas más dispares tienen ideas comunes, siempre que la lógica común les acompañe en este tipo de reflexiones. Pese a no comulgar excesivamente con las ideas de IU, ni con sus dirigentes, los cuales a veces me parecen más preocupados por su indumentaria que por su ideología (no menciono a nadie, pero el pañuelo palestino en verano no es una idea muy acertada ni en Marinaleda ni en Sevilla capital), ciertas ideas son de cajón, y la del Banco Público no iba a ser menos, valorada incluso por gente del Partido Popular, cosas más de extrañar si cabe, dado el corte neoliberal con tendencias pseudofascistoides de estos individuos..
    Es una lástima que en el periodo de Zapatero, persona a la cual admiro, la historia de las Cajas se haya ido a pique. Era lo que la derecha llevaba años buscando, y al final nosotros de la mano de la crisis, les dimos la destrucción de las cajas en bandeja. La historia nos enseña desde pequeños que 1+1=2, lo que supone que una caja endeudada + otra caja endeudada=un gran banco muy endeudado. Esta política absurda de fusiones y de privatización de cajas nos ha llevado crear problemas mayores, con grandes entidades endeudadas y desajuses agravados sin posible resolución.
    El Banco Público Andaluz no es una opción, sino una NECESIDAD. Si Andalucía quiere resurgir y utilizar todo el potencial que tiene, necesita financiación. Y no nos engañemos, las ayudas a los bancos no abrirán el crédito, sanearán sus cuentas. Unas cuentas demacradas por una mala gestión. Sólo un Banco Público Andaluz podría apoyar los proyectos de las PYMES y los autónomos, que son los que poquito a poco, paso a paso, nos sacarán de esta crisis.
    ¿Vamos a confiar acaso en las empresas de gran volumen de Andalucía para crear empleo y riqueza? Ese es otro tema, que no viene a cuento, pero es de vergüenza ver como el empresariado andaluz, a costa de crear pobreza en su tierra, deriva inversión y recursos humanos a terceros países, como Marruecos o China, comprando la mercancía o fabricándola por encargo directamente allí. Cuadra el resultado, disminuimos costes, mantenemos facturación=incrementamos beneficios. Todos esos, que luego van con grandes polos con la bandera de España, alardeando de “españolidad” o “sevillanía”, resultan un cáncer para su tierra.
    Por último, intervendría las entidades financieras con ayudas públicas. De nada sirve dar el dinero a “cucharadas soperas” si luego no controlamos qué hacen las entidades con él. Hay que implantar en nuestras entidades una meritocracia. Como trabajador de entidad financiera que soy, estoy harto de los enchufados, de los “trepas”, de los “amigos de”….. No nos engañemos, no acusemos a Lehman &Brothers y a las hipotecas subprime, gran parte de esta crisis la hemos fraguado NOSOTROS. Con un sistema financiero regido por gente sin idea de finanzas, sólo con una estrecha visión comercial basada en el crecimiento, hemos ido de cabeza al descalabro financiero. Por poner un ejemplo, cito el caso de Bankia. ¿Cómo se puede poner a la cabeza de una de las primeras entidades de España a un político de carrera como Rato, con escasos conocimientos de Macroeconomía y de gestión de grandes empresas? Así nos ha ido.
    De la crisis financiera sólo se sale con dos recetas: una es el intervencionismo y las entidades financieras públicas, y la otra es aplicando estrictamente una meritocracia verdadera. Basta de “pelotas del jefe”, basta de enchufados, basta de hacer amistades bancarias tomando cubatas por la tarde…dejen paso a los tecnócratas de a pie, a los trabajadores de base, al proletariado bancario. Sólo ellos salvarán a la banca de este desastre en el que nos han sumido los “grandes gestores” de las cajas, especialistas en arruinar entidades y llevarse grandes indemnizaciones. Por desgracia, el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y el caso de los bancarios es más grave, pues tropezamos tres, cuatro, cinco,etc.

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